SOBRE
EVOLUCIONISMO Y COMPORTAMIENTO HUMANO. (por Simón Royo Hernández. Madrid. Diciembre de
2001). Ver
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Extracto del artículo.
1. EVOLUCIONISMO Y COMPORTAMIENTO HUMANO
La conducta captó el interés de Darwin y
acabó planteando un conjunto de problemas que encajan mal con la Teoría de
la Evolución. Se hacía necesario encajar la conducta dentro de la tesis de
la adaptación de los organismos al medio.
En El Origen de las Especies (1859) se dedica
un capitulo al instinto (cap. VI, tomo I). La selección natural daba
una enorme importancia a la herencia, de la que Darwin reconocía
ignorar sus mecanismos (genética). La idea de Darwin, según la cual la
conducta cumpliría una función central en su teoría de la evolución,
“desapareció” por las “evidencias” de la biología: nada de lo que un organismo
adquiera en su tiempo de vida individual se transmite a la descendencia. Por
tanto también las variaciones genéticas de la conducta ocurren por azar.
En nuestros días, entre los psicólogos y los
biólogos se ha llegado a consensuar la existencia de determinados
condicionantes innatos (fisiológicos) que limitan lo que un organismo puede
aprender, dando lugar a conductas distintas en cada especie. Pero los
instintos y su relación con los hábitos siguen siendo motivo de polémica entre
ambas disciplinas. Siendo la vinculación e influencias entre lo hereditario
(biología) y lo aprendido (psicología) un nexo difícil de trazar.
2. DARWIN Y LA LUCHA POR LA VIDA: UN CONCEPTO
MALINTERPRETADO.
En el capítulo III de El Origen de las Especies,
titulado La lucha por la existencia, en su segundo apartado, subtitulado
La expresión –lucha por la existencia- se emplea en sentido amplio, se
nos explica la ambigüedad del término de la siguiente manera: “Debo señalar
ante todo que uso esta expresión en un sentido amplio y metafórico, incluyendo
la dependencia de un ser respecto de otro, e incluyendo (lo que es más importante)
no sólo la vida del individuo, sino también el éxito al dejar descendencia... “
O sea, no dijo que la “Lucha por la Vida” fuera una competencia
a muerte entre organismos vivos. Sin embargo esta es la base del darwinismo
social : una idea “simple”, competencia mortal, la esencia del mundo
capitalista, caracterizado, sin embargo, por la excedencia de
producción, es decir, por la existencia de recursos de sobra para la
supervivencia de todos los organismos humanos involucrados en la tarea de
vivir.
El hombre es el único animal capaz de morir de
inanición en un entorno de abundancia (así como es el único animal capaz de
competir a muerte por la adquisición de bienes superfluos para la
supervivencia) y así poder quizá demostrar su libertad frente al instinto y la
determinación natural. Y esto es así porque es el único que ha podido inventar
la propiedad privada, es decir, establecer una convención que tan sólo
ciertos reaccionarios medievalistas consideran, todavía hoy, como un derecho
natural, como si el derecho fuese algo más que una serie de convenciones
construidas por los hombres (derecho positivo).
3. EVOLUCION Y AYUDA MUTUA.
Kropotkin defendió la idea de la ayuda mutua (El apoyo mutuo. Un factor de la evolución) operante en la selección natural, según la cual, en su más amplia formulación, significa, que la especie más solidaria tiene más probabilidades de sobrevivir y la menos cooperativa menos.
Fin extracto del artículo.
1. Los darwinistas contra Ch. Darwin(El
origen del hombre): “Pero ahora admito... que en ediciones anteriores de mi Origen
de las especies probablemente atribuí demasiado a la Selección Natural o a
la supervivencia de los más aptos... Antes no había considerado de manera
suficiente la existencia de muchas estructuras que no son ni beneficiosas ni
dañinas; y creo que ésta es una de la mayores omisiones hasta ahora detectadas
en mi obra.”
Sandín: La más autorizada crítica al contenido científico de su obra la inició el mismo Darwin. A la progresiva pérdida de importancia relativa de la Selección Natural como mecanismo de la Evolución, añadió otro punto débil: el cambio gradual. Entre dudas y reafirmaciones, él mismo escribió: “¿Por qué, si las especies han descendido de otras especies mediante gradaciones insensiblemente diminutas, no vemos en todas partes innumerables formas de transición? ¿Por qué no está toda la Naturaleza en confusión, en lugar de estar las especies como las vemos, bien definidas?”.
2. “De la gran masa de datos zoológicos que reunió
Kropotkin infirió, que aunque es cierta la lucha entre especies diferentes y
entre grupos de una misma especie, en términos generales debe
decirse que la pacífica convivencia y el apoyo mutuo reinan dentro del grupo y
de la especie, y más aún, que aquellas especies en las cuales más desarrollada
está la solidaridad y la ayuda recíproca entre los individuos tiene mayores
posibilidades de supervivencia y evolución.”
El principio del apoyo mutuo no constituye, por
tanto, para Kropotkin, un ideal ético ni tampoco una mera anomalía que rompe
las rígidas exigencias de la lucha por la vida, sino un hecho científicamente
comprobado como factor de la evolución, paralelo y contrario al otro factor, el
famoso “struggle for life”. Sería un factor “biológico”.
“Cuando los animales tenían que luchar contra la
escasez de alimento debida a una de las causas indicadas, entonces toda la
parte de la especie a quien afectaba esta calamidad salía de la prueba
experimentada con una pérdida de energía y salud tan grande que ninguna
evolución progresista de las especies podía basarse en semejantes períodos de
lucha aguda.” Ergo la lucha por la vida no es una “ley natural”.
Indice
de “El apoyo mutuo”:
Introducciones.
Capítulo I: La ayuda mutua entre los animales.
Capítulo II: La ayuda mutua entre los animales
(Continuación).
Capítulo III: La ayuda mutua entre los salvajes.
Capítulo IV: La ayuda mutua entre los bárbaros.
Capítulo V: La ayuda mutua en la ciudad medieval.
Capítulo VI: La ayuda mutua en la ciudad medieval
(Continuación).
Capítulo VII: La ayuda mutua en la sociedad moderna.
Capítulo VIII: La ayuda mutua en la sociedad moderna
(Continuación).
Conclusión.
“En la práctica de la ayuda mutua, cuyas huellas podemos seguir hasta los más antiguos rudimentos de la evolución, hallamos, de tal modo, el origen positivo e indudable de nuestras concepciones morales, éticas, y podemos afirmar que el principal papel en la evolución ética de la humanidad fue desempeñado por la ayuda mutua y no por la lucha mutua. En la amplia difusión de los principios de ayuda mutua, aun en la época presente, vemos también la mejor garantía de una evolución aún más elevada del género humano.”