La Escritura nació en
Cantabria, más de 30.000 años ANTES que
en Mesopotamia
(Jorge Mª
Ribero-Meneses)
La primera palabra conocida, grabada sobre piedra en
la Cueva del
Castillo,
tiene 38.500 años de antigüedad
Un enclave
arqueológico único en el mundo
Al estudiar, con el lógico interés, los
hallazgos efectuados en la Cueva del Castillo datados en torno a 40.000 años, fue a llamarme
particularmente la atención un segmento de piedra arenisca totalmente aplanado
y al que su autor se afanó en conferir una perfecta forma triangular, rematada
en semicírculo por su parte superior (fig. 2). Las paredes de las cuevas del
Norte de España y del Sur de Francia están llenas de representaciones de
triángulos semejantes -pintados por lo general en color rojo- y nadie ignora ya
cuál es su verdadero significado. Aunque algunos ven senos femeninos en ellos,
otros -entre los que me incluyo- tenemos perfectamente claro que se trata de triángulos púbicos, pintados en color
rojo porque tal era el color predominante del vello y del cabello de nuestros
verdaderos antepasados racionales, pobladores de los valles y montañas del
litoral cantábrico.
Especial
National Geographic España 2004
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El triángulo es una de las más remotas
representaciones simbólicas de la feminidad. Porque lo que esta forma
geométrica reproduce no es ni más ni menos que esa peculiarísima antesala del órgano genital femenino,
poblada por el vello púbico y delimitada por las ingles. Palabra cuyo parentesco con la
palabra ángulo me parece ocioso
resaltar. El
triángulo es y ha sido siempre, pues, sinónimo de mujer, tanto por la razón señalada como
por el hecho de que otro de los elementos más característicos del cuerpo
femenino, sus mamas, posea una forma
cónica cuya única plasmación plástica posible es, precisamente, la triangular. Un triángulo cubierto de
vello en la base del vientre y dos conos o triángulos
nacidos sobre el pecho, constituyen, pues, argumentos y fundamentos más que
sobrados para que en la mentalidad del hombre de la Prehistoria adquiriera
forma y fuerza esa ecuación triángulo =
mujer que tan inconmensurable trascendencia habría de tener, no sólo en la
parcela de las manifestaciones artísticas, sino en todos los órdenes y ámbitos
de la Cultura.
¿O es que consideramos accidental el
hecho de que el más importante santuario prehistórico que hoy nos es conocido
en todo el mundo, el Monte Castillo
de Puente Biesgo, fuese establecido en la base de una peña que posee una
espectacular factura cónica y, por
ende, triangular?
Hace muchos años que vengo defendiendo que
todas las pirámides erigidas por el
ser humano en los albores de la
Historia, tienen su modelo y su origen en los impresionantes
montes cónicos que salpican el paisaje de la antigua Kantabria. Y hace muchos años, también, que vengo afirmando que todos esos montes de factura cónica y
perfil triangular poseen santuarios
prehistóricos en sus entrañas, de mayor o menor cuantía. Con independencia de
que los accesos a los mismos permanezcan hoy cegados o de que algunos de esos
montes se hayan visto brutalmente agredidos con el fin de aprovechar su piedra.
Y recordaré, a este respecto, los casos de tres montes cuya destrucción clama
al cielo: el primero de ellos, el Monte
Hano de la Bahía de Santoña, sobre cuya cumbre existiera
un antiquísimo Santuario del que no ha quedado ni una piedra y del que es
heredero el Convento del mismo nombre que está situado a sus pies y cuya
atmósfera natural es el olor a dinamita y el insano polvo que se desprende de
las excavaciones y deflagraciones constantes; el segundo, el Monte Castillo que se encuentra al pie
mismo de la Peña Cabarga, a
orillas de la Bahía de Santander. Y el tercero, la Peña Castillo ribereña también de la misma bahía
y que no sólo ha perdido su antiguo carácter insular, sino también su propia
condición de peña de factura cónica. Una iglesia testimonia todavía el antiguo
carácter sagrado de esta maltratada peña, identificada en la Antigüedad con
la boca de los Infiernos y respecto a
la que todavía circulan leyendas que dan fe de la extraordinaria importancia de
que gozara en otro tiempo. Todo eso se ha perdido y, como en el caso de los
otros dos montes mencionados, nada pervive de cuanto estos inapreciables
enclaves sagrados atesoraron en otro tiempo, en la línea de cuanto,
venturosamente, conserva todavía el Monte
Castillo de Puente Biesgo. Su
situación, en una comarca del interior, alejada de la costa, le ha salvado.
¿Es una simple casualidad la que ha hecho
que tres montes cónicos de los cuatro
que acabo de enumerar, respondan al nombre de Castillo? ¿Deben su nombre estas peñas al hecho de que hayan
existido castillos en ellas? Ni lo
uno ni lo otro. Y buena prueba de ello la propia imposibilidad de erigir un
castillo sobre una peña de vértice tan agudo como el Monte Castillo de Puente
Biesgo. No podemos introducir ahora esta materia, pero sí considero
necesario dejar clara constancia de que la denominación de esta trascendental
peña no tiene absolutamente nada que ver con los castillos, estando relacionada con las fábulas prehistóricas que
habían de determinar su carácter sagrado. Carácter sagrado del Monte Castillo y carácter sagrado de la
totalidad del macizo en el que se integra y cuyo nombre genérico, Dobra, es sinónimo de bueno
y de santo
en varias lenguas europeas... Lo que no es óbice para que el flanco occidental
de este castigado y santo macizo
cántabro esté viéndose literalmente devorado por una explotación minera a cielo
abierto. Mayor desprecio hacia las reliquias de nuestro pasado, no cabe.
En suma, que los barrenos y los cartuchos de
dinamita se están cebando en el monte en el que se encuentran algunas de las
minas más antiguas del planeta... En
el monte junto al que se conserva la colección de grabados prehistóricos más
antigua y perfecta que ha llegado hasta nosotros: la de Hornos de la Peña... En el monte en el que fue a aparecer un prodigioso
altar consagrado al dios Erudino... En el monte en el que
existen varios antiguos castros, residuos de lo que fuera una importantísima
población prehistórica... En el monte en el que se encuentra el Santuario paleolítico más importante
descubierto en el mundo hasta el presente (y me refiero, naturalmente, al Monte Castillo)... En el monte en el
que desde hoy y hasta que se descubra otra más antigua, está documentada la primera muestra de escritura de la Historia de la Humanidad... En un
monte, en fin, que posee una riqueza arqueológica fuera de serie y de
escalofriante antigüedad, todavía por desentrañar en su mayor parte; una
riqueza que cualquier país del mundo envidiaría y daría cualquier cosa por
poseer. Cantabria, sin embargo, no la valora. Y porque no es
consciente de su enorme valor..., permite que se destruya. Porque parece que no
nos entra en el cabeza que el Macizo del
Dobra es uno de los enclaves arqueológicos más importantes del planeta. Y como no nos entra, no nos tiembla la
mano a la hora de autorizar su destrucción en
aras del progreso, convirtiendo lo que debería convertirse en Patrimonio de la Humanidad, en
espléndida cantera que nos surta generosamente de minerales que nos permitan
elaborar una variada gama de productos químicos...
A modo de apostilla, permítaseme subrayar la
absoluta fiabilidad de la datación atribuida al triángulo púbico descubierto en la Cueva del Castillo. Justamente porque en este
yacimiento, como en otros de la propia Cantabria,
se documentan las más completas
secuencias arqueológicas conocidas y, por ende, las más fidedignas. ¡Ya
quisieran las dataciones que se prodigan por doquier -en yacimientos de tres al
cuarto y, más aún, en aquellos en donde no existe secuencia alguna-, ser la
décima parte de fiables que las que refrendan a todos los hallazgos efectuados
en el Monte Castillo de Puente
Biesgo!